L'Atelier, en francés estudio, es el reducto más íntimo de los artistas. Un lugar de creación al que acceden las personas más próximas al artista con un simple fin: disfrutar del arte.
Escogí este nombre porque reflejaba la esencia que quería transmitir al blog. La seducción puede analizarse de muchas maneras y yo buscaba darle un enfoque artístico.
Con L'Atelier pretendo un modelo de seducción emocional, natural y en femenino. Emocional porque prefiero hablar del seductor como un artista que como un ciéntifico. No niego que la seducción pueda ser una ciencia, sencillamente me estimula más verla como el arte de estimular a las mujeres. Natural porque es esa la escuela a la que pertenezco. Una escuela que me enseña a mejorar en mis habilidades sociales en lugar de trucos quasi-esotéricos para engañar a las mujeres. Y en femenino porque a mi lo que me importa es la mujer y su mundo. Los gurús y sus guerras no ocupan espacio en mi vida.

martes, 21 de octubre de 2008

La teoría del calcetín.



Hoy nos va a acompañar la música de Glasvegas, un grupo de Glasgow que se está convirtiendo en una de las revelaciones del otoño y del que seguro que se va a hablar mucho el año que viene. Geraldine de Glasvegas.



Mucha gente cree que mostrar interés en una mujer es perder el control de la relación, entregarle todo el poder a ella y convertirse en una marioneta en sus manos. Pero se equivocan, ignoran que una mujer estimulada es incapaz de controlarse y que es ella la que pierde completamente el control. ¿Nunca has oído hablar a una mujer de cierto hombre que sabe siempre qué tecla tocar sin que ella pueda evitar caer rendida en sus manos? ¿No deseas ser tú ese hombre?

Todas las mujeres tiene unas teclas que tocadas hacen que pierdan el control y caigan en tus brazos sin poderse resistir.

Así que la cuestión es saber descubrir esos puntos débiles y es aquí donde interviene la "teoría del calcetín" con la que pretendo explicar de forma fácil lo que debe piropearse y lo que no.

La teoría del calcetín afirma que hay que alabar aquellos rasgos de la mujer que deplorados la harían sentirse insegura. Por ejemplo, decirle guapa a Izabel Goulart (en la foto) no la hace perder el control porque llamarla fea no la haría sentirse insegura habida cuenta que ella comprueba fácilmente cada segundo que es toda una belleza. Pero si alabas su creatividad se sentirá estimulada porque no se siente tan segura cuando se trata de creatividad como de belleza.

Esa es la razón por la que una mujer guapa quiere oír que es inteligente y la inteligente que es guapa.

Tan sencillo como eso.

jueves, 16 de octubre de 2008

Sin huevos no hay paraíso.


Es una pena para los británicos que Jason Button no sea tan bueno con las curvas de los circuitos como con las curvas de las mujeres. En la foto su chica.

He decidido cambiar la ubicación de las canciones ahora irán al principio del artículo. Hoy You only live once de The Strokes.



Hoy voy a tratar un tema que me viene obsesionando últimamente: la seguridad y el riesgo en la seducción.

Para ello voy a partir de una célebre frase de Mario Andretti uno de los grandes de la conducción: "si todo está bajo control es que no estás yendo suficientemente rápido".

En Fórmula 1 tener el monoplaza bajo control significa ir a una velocidad que te excluye completamente de la victoria pero te garantiza acabar la carrera. A la hora de seducir mucha gente sigue esta filosofía de acabar la carrera. Adoptan una estrategia que elimina el riesgo de ser rechazado pero con la contrapartida de que también excluye cualquier ganancia de modo que cuando acaba la noche tienen cero derrotas pero también cero victorias.

El mejor piloto no es que menos arriesga es el que mejor sabe gestionar los riesgos, el que mejor sabe rectificar la trazada sin tener que echar mano del freno. De hecho el mejor piloto es el que más arriesga, continuamente se la juega porque sabe que como es el mejor es el que más riesgos se puede permitir sin perder el control del monoplaza.

Igualmente en seducción, todo lo que haces para eliminar el riesgo de ser rechazado repercute negativamente en tus posibilidades de victoria. Una táctica conservadora, poco arriesgada, es una estrategia carente de determinación que es el ingrediente básico para una buena seducción. En seducción o acabas jodido o acabas jodiendo. Si no hay ninguna posibilidad de que acabes jodido aun menos las hay de que acabes jodiendo.

Así que no temas arriesgar, no descartes una acción porque te vaya a dejar descubierto, indefenso frente a un eventual rechazo. Una buena estrategia de seducción no es la que elimina la posibilidad de ser rechazado, todo lo contrario es aquella en la que la mujer pudiendo rechazarte no lo hace. Aprende a vivir arriesgando, aprende a amar el riesgo y las mujeres serán tuyas. Échale un par de huevos al asunto, que sin huevos no hay paraíso.

Valerie Tasso, que de hombres algo sabe y si no me remito a su libro Diario de una Ninfómana, dice que los seductores tienen un sentido del riesgo muy parecido al de los jugadores. Magnífica comparación, el seductor no hace otra cosa que apostar ser rechazado con la pretensión de conseguir a la chica. El seductor es un tahúr, alguien que perfecciona su técnica no para arriesgar menos sino para poder arriesgar más porque si no se puede ganar en la ruleta sin apostar, tampoco se puede conseguir a la chica sin arriesgar.


El censurado y sensual cartel de la película Diario de una ninfómana

Anexo: Riesgo y temeridad.

Siguiendo con el ejemplo de las carreras de coches, si una curva está prevista para ir en tercera va seguro el que la toma en segunda, arriesga el que va en tercera y es un temario el que lleva puesta la cuarta.

La diferencia entre riesgo y temeridad es fácil en la teoría: una situación arriesgada es aquella en la que un resultado dañino es posible. La temeridad aparece cuando el daño no solo es posible sino que es probable, casi seguro.

Saberlo ver en la práctica es más difícil, sobre todo ser capaz de verlo en uno mismo. La clave está en ver por qué exponemos, si lo hacemos pensando en ganar, porque es la única forma de triunfar (cómo ganar la lotería sin comprar el billete). Pero si lo que motiva nuestra estrategia es la imperiosa necesidad de no perder, si no corremos hacia la victoria sino que huimos de la derrota es entonces cuando somos temerarios. La diferencia es de matiz, pero no conviene olvidar preguntarse antes de avanzar si lo que nos motiva es saborear el dulzor de la victoria o alejarnos del amargor de la derrota.

sábado, 11 de octubre de 2008

Liderar.

Dice Neil Strauss (Style) que leer todos los días un periódico puede mejorar enormemente tus habilidades como seductor. Estoy completamente de acuerdo; este artículo no hace sino traspasar al ámbito de la seducción los comentarios de Lluís Bassets adjunto al director de El País sobre la falta de liderazgo en la política económica de la Unión Europea y sus demoledores efectos sobre la crisis económica. Su tesis se resume en que la falta de confianza de inversores y particulares europeos se debe a que nadie sabe quién dirige la UE y hacia dónde la dirige. Toda una falta de liderazgo.

Liderar es dirigir.



Carine Roitfeld, directora.

Hay una concepción muy extendida que ve a la mujer como un castillo fortificado al que el hombre debe conseguir entrar. No me gusta esta metáfora porque presenta a hombres y mujeres en trincheras distintas cuando están en la misma. Y, sobre todo, porque entrega todo el liderazgo a la mujer. No lo parece porque no es un liderazgo activo sino pasivo, pero si se analiza se ve que es la mujer la quien dirige la interacción porque es ella quien decide dejar pasar o no al hombre.

Esta concepción la siguen los hombres que continuamente buscan alguna señal de aprobación en la mujer antes de mover ficha. Por mucho que crean tener el control de la interacción es la mujer quien manda porque el hombre no va a actuar si no tiene indicios de que no va a ser rechazado, es la mujer quien con sus señales decide cuando debe moverse el hombre.

Yo prefiero ver la seducción como una carrera en la que hombre y mujer tienen el mismo objetivo: llegar a la meta. Ahora, aunque el objetivo sea el mismo hombres y mujeres somos distintos y adoptamos distintas estrategias. En concreto el hombre tiene la función de marcar el ritmo y llevar la ruta mientras que la mujer le proporciona apoyo. Tanto uno como otro tardarían más separados, ella por falta de "liebre", él por ausencia de apoyo. Otro día podemos hablar de a qué me refiero cuando hablo del apoyo de una mujer a un hombre pero hoy me centraré en la conducta de la mujer frente al hombre que "corre" junto a ella.

En este ejemplo es el hombre el que dirige y la mujer se limita a ir detrás "chupando rueda". En consecuencia es el hombre quien marca el ritmo cuidando no ir demasiado rápido, y dejar detrás a la chica, ni demasiado lento, lo que hará que la mujer le deje por otro que no le retarde la marcha.

¿Puesto en práctica? Significa olvidarte de esperar a que la mujer te haga una señal para abordarla, para mostrar interés o para besarla. Deja de buscar autorizaciones. Por el contrario continuamente debes estar dando pequeños tirones, permanentemente subiendo el ritmo y viendo como reacciona. Si la chica reacciona bien continúas subiendo niveles, si ves que ella no está cómoda con la subida ralentizas la marcha para que se habitué y lo intentas más tarde. Como puedes ver así eres tú el que diriges, no es ella la que te da el aviso para avanzar sino que tú das el paso de subir y luego ves si ella lo sigue. Es ella la que adapta su comportamiento a ti, no tú a ella.

Esta estrategia se basa en un gran juego interno porque siempre que la mujer reacciona bien a una de esas micro-escaladas tú te ves obligado a salir de la zona de confort e intentar una nueva micro-escalada. Pero volvemos a un tema recurrente en mi filosofía de seducción: el juego interno lo quieres para arriesgar y aguantar. Para arriesgar en cada una de las micro-escaladas y para resistir los intentos que fracasen e intentarlo de nuevo.

Por último no hay que olvidar que en ocasiones es la chica quien toma la iniciativa. ¿Afecta eso a tu liderazgo? No, siempre que mantengas el control de a donde quieres ir. A veces es una gozada dejarse llevar pero siempre hay que tener un ojo abierto para asegurarse que la chica te lleva a donde tú realmente quieres ir.

Liderar es saber lo que se quiere y cómo conseguirlo.



Rosario Nadal en la portada de octubre de la edición española de VanityFair espeta: se lo que quiero y se como conseguirlo.

Lo peor que te puede pasar con una mujer es que ella piense que no sabes lo que quieres.


A) Saber lo que se quiere.
Demuestras que sabes lo que quieres cuando intentas conseguir lo que quieres y lo intentas con determinación.

1) Intentarlo. Si realmente quieres una cosa no se entiende que no intentes conseguirla. Siempre que dudas si dar un paso o no lo que estás dudando es si quieres lo suficientemente esa cosa como para sacrificar otra. Por ejemplo dudas qué prefieres si 100€ o unos zapatos. En el caso de la seducción tienes miedo a mostrar interés porque temes que su rechazo te duela. Aunque no seas consciente entre la chica y tu autoestima con lo que te quedas es con esta última.

Seducir siempre implica tomar riesgos, es una apuesta en la que pones en juego tu autoestima para obtener a la chica. Si tienes claro que lo que quieres es a la chica no dudas en arriesgar tu autoestima, no es algo con lo que disfrutes haciéndolo pero no hay otra forma de conseguir a la chica y tienes muy claro que tú lo que quieres es a la chica.

2.- Determinación. Muchas veces se dice que lo más aprecian las mujeres es la seguridad, no es del todo cierto: es la determinación el mayor afrodisíaco para una mujer. La confusión se debe a que normalmente las personas con determinación están muy seguras de si mismas. Pero no siempre, hay casos de personas tímidas e inseguras que, no obstante, tienen una gran determinación para conseguir lo que se proponen. Y es la mezcla de timidez con determinación es explosivamente atractiva para las mujeres así que no tengas miedo en las mujeres te vean tímido siempre que te vean con determinación.

Saber lo que se quiere no solo se demuestra intentándolo sino intentándolo con determinación. Alguna vez has visto a esas personas que se acercan al agua y meten un pie para ver cómo están y se meten muy poco a poco. Lo que les sucede es que no están dispuestos a pasar frío a cambio de bañarse, dicho de otra manera: bañarse no es lo que más desean. Por contra si te mueres de ganas por un baño, y mojarte es la cosa que más deseas en el mundo te metes en el agua de golpe y sin preguntarte cómo estará. Actúas con determinación.

Con las mujeres igual. Si realmente lo que quieres es seducirla actúas con determinación. No con cautelas y asegurándote antes de cada paso que pisas terreno sólido. Como dice Horace Engdahl, secretario de la Academia Sueca, sobre los Premios Nobel "Con las decisiones del premio pasa como con los besos, no hay que pedir permiso antes ni disculpas después".

¿Determinación o táctica suicida? La diferencia entre actuar determinadamente y actuar suicidariamente es la misma que hay entre deseo y obsesión. Si deseas algo actúas con determinación para conseguirlo, si estás obsesionado con algo empleas tácticas suicidas. Determinación es tomar riesgo de modo que si, por causas imprevistas, algo sale mal te caes con todo el equipaje. Táctica suicida es cuando tomas tantos riesgos que a menos que suceda algo extraordinario te la metes.

B) Saber cómo conseguirlo.

No significa tener una receta mágica y estar convencido de su infalibilidad sino no confundir medios con fin y esforzarse.

1.- Medios y fines.

Mucha gente no da el paso de intentar conseguir su sueño si no tiene completamente planificado cómo hacerlo. Es decir no hace algo hasta que realmente sabe cómo hacerlo. Están confundiendo medios con fines porque están orientando su comportamiento no a la consecución de un fin sino a la obtención de un método con el que supuestamente obtendrán su fin.

Fracasan o bien porque cuando tienen su plan listo es demasiado tarde o porque el plan no funciona como esperaban, y créeme que siempre aparecen problemas imprevistos, lo que hace que se bloqueen. Estaban seguros mientras tenían un plan, ahora que el plan se ha demostrado ineficaz están perdidos. Tienen cero liderazgo.

Por contra tener liderazgo supone tener claras una serie de ideas básicas: lo que quieres, lo que no quieres y un esbozo de cómo lo vas a hacer. Y sin mayores equipajes te pones en marcha. La seducción tiene mucho de improvisación, continuamente tomas riesgos y las situaciones arriesgadas ya se sabe que se saben como empiezan pero no cómo acaban. Rectificar en movimiento es una de las reglas de oro de la seducción, y para poder rectificar se requiere no ser muy rígido con las estrategias y tener muy claro que el objetivo es la chica no aplicar el Mystery Method de A1 hasta S3.

Conclusión: si tienes claro lo que quieres ponte en marcha, apréciate lo suficiente para creer que serás capaz de improvisar una solución. Eso es parte de saber lo que se quiere y saber cómo conseguirlo.

2.- Esfuerzo
La clave del éxito está en el trabajo duro. Seducir como otras tantas cosas en la vida no es algo que siempre se obtenga a la primera y fácilmente. Requiere mucho esfuerzo y constancia. Cuando alguien dice sé lo que quiero y sé como conseguirlo se refiere a que sabe lo que quiere y está dispuesto a luchar por ello, a sacrificarse y pasarlo mal para conseguirlo. ¿Masoquismo? No, el liderazgo es así. Capacidad de liderazgo significa capacidad de sufrimiento.

En resumen, liderar significa tomar la iniciativa, tener determinación y capacidad de sufrimiento. Ahora que ya sabes lo que es liderar no esperes más para comportarte como el hombre que quieres ser.

Hoy os traigo dos vídeos, uno de un grupo no muy conocido pero sensacional Fountains of Wayne con Stacy Mum donde aborda el tema de la madre súper buena de la que todo el curso está enamorada Como segunda opción un extracto de Retrospecter donde con el humor surrealista típico de la Hora Chanante nos dan unos consejillos para ligar "a cascoporro".





lunes, 6 de octubre de 2008

El iMate. ¿Cómo y de qué hablar?



Agyness Deyn, en la foto, es una modelo adorada por las mujeres y que a los hombres heterosexuales deja bastante fríos. Pamela Anderson causa furor entre los hombre pero a las mujeres les parece repugnante. Hombres y mujeres coinciden en que Gisele Bundchen es guapísima. ¿Qué conclusión se saca de eso? Que al tratar de las preferencias entre hombres y mujeres hay zonas que interesan a los dos pero otras que fascinan a unos y espantan a otros.

Tener muy claro esta realidad es esencial para tener una buena conversación con las mujeres. Así hay tres temas de conversación:

Lo que a ti te interesa y a ella no. Ejemplo tópico: el fútbol. Si sacas estos temas olvídate de seducir a la mujer porque serás firme candidato a suceder a Gladstone o Coolidge como el hombre más aburrido de la historia.

Lo que a ella le interesa y a ti no. No sólo es que pierdas el marco es que además no serás capaz de decir nada mínimamente interesante porque sencillamente desconoces el tema por completo. Pero ojo, no me refiero a temas que habitualmente interesen a las mujeres y no a los hombres sino temas que específicamente a ti te aburran y a ella le encanten. Ella puede ser una forofa del fútbol y tú pasar de balónpie como de la mierda.

Lo que a los dos os interesa. Este es el segmento en el que debe discurrir la conversación. Ahora, surge una paradoja ¿cómo se lo que interesa a una desconocida? Realmente hasta que no conoces a una mujer no sabes lo que le gusta y lo que no. Pero sí que sabes una cosa: que es una mujer y lo que habitualmente gusta a las mujeres.

Surge aquí la regla nemotécnica de MATE que significa en inglés Music (música), activities (actividades), travels (viajes) y entertaiment (ocio). Son estos cuatro temas que interesan a las mujeres y sobre los cuales un hombre puede hablar tranquilamente sin sea evidente que está forzando la conversación para agradar.

Del Mate al iMate.

Pero no basta con hablar hay que saber hablar. No sólo la conversación ha de ser interesante sino que tú has de ser interesante. Eso se logra enfocando la conversación desde la perspectiva de yo, a través del iMate (la i porque en inglés significa yo, es una regla que me he inventado yo pero la he puesto en inglés para que tenga coherencia con las demás siglas y para hacer un homenaje a Apple y su iPod, iBook, iTunes...)

¿Qué es hablar en yo? Como esto lo explica mejor que nadie el creador de esta expresión, el maestro Juggler, me remito a su artículo.

Como complemento de Juggler diré que para no convertirte en el típico pesado que le cuenta su vida a cualquiera sin que le interese a ninguno es esencial poner énfasis en transmitir sentimientos. Mucha gente se equivoca y cree que hablar en yo es limitarse a describir tus sensaciones, en realidad es algo más: es transmitir también esas sensaciones a la mujer, hacerla penetrar en tu realidad.

Y por supuesto, hablar en yo implica también escuchar en yo: dejar a la chica que se exprese y no limitarte a esperar para volver a hablar tú. huye de convertir el diálogo en un combate de egos para ver quién ha hecho el viaje más fascinante o quién tiene la mejor colección de música. Todo lo contrario aprovecha todo aquello que ella tiene y que, en otra ocasión envidiarías, para mostrar interés en ella. Es puro marco del premio: buscar motivos en ella para interesarte, por una vez que los encuentras no la jodas tratando de quedar por encima. No olvides que lo contrario de hablar no es escuchar, es interrumpir.

Tira del hilo. Supongamos que alguien te cuenta una historia que realmente te interesa, pero te la cuenta muy resumida. ¿no le pedirías más detalles? Pues aquí lo mismo, si realmente quieres conocer la personalidad de la mujer tendrás que tirar del hilo cuando ella esté hablando de si misma muy resumidamente. Ojo, no te digo que seas indiscreto y le preguntes detalles que solo contaría a sus amigas más íntimas sino que te intereses por ella. Es una excelente forma de fomentar que se cree un rapport sólido entre los dos.

Como canción Who, de Five o' Clock Heroes con la colaboración de Agyness Deyn, la chica del momento.