El mandamiento supremo de la seducción.

Hasta hace poco me he dedicado a publicar artículos que ya había publicado por ahí. Gracias a eso el blog ha tenido una actividad casi diaria. Pero la despensa ya está vacía, ya no me quedan viejos artículos por publicar.
Y sucede que se junta el hambre con las ganas de comer porque justo ahora es cuando menos tiempo tengo para sargear y para escribir así que me temo que el volumen de posts va a bajar considerablemente.

Estoy implicado en un gran proyecto personal que me absorbe mucho tiempo y energías. Afortunademente es algo que me fascina y no me arrepiento nada de todas las cosas que estoy teniendo que sacrificar por el camino. Pero esta es otra historia.

Lo que importa ahora es que L'Atelier cierra temporalmente. Así que agradeceros a todos vuestro apoyo y espero estar dentro de poco con vosotros, posteando y sargeando.

A modo de despedida quiero acabar con algo bueno. Y no se me ocurre nada mejor que tratar "el gran mandamiento" de la seducción. La frase que condensaría todo mi saber sobre las mujeres y la forma de seducirlas

El mandamiento.

¿Conocéis la Biblia? Supongo que aunque no hayáis leído el Deuteronomio conoceréis los Diez Mandamientos que Yaveh entregó a Moisés.
Lo que quizás no tantos sepáis es que muchos años después Jesús de Nazareth resumió esas 10 normas en una.

Salvando las distancias algo así pretendo hacer yo ahora: resumir en uno todos los mandamientos.

Y ese primer mandamiento sería:

No te sientas intimidado por las mujeres.

Reflexiona y verás que todas las reglas de la seducción se dirigen a mostrar ausencia de intimidación. Los negs, el cocky and funny, el directo, el push and pull, escalar, etc. Todo se reduce a demostrar que la chica no te intimida. El problema es que muchos no son conscientes de esta regla suprema y cuando se quedan sin patrones ni estructuras se pierden.

En un capítulo inédito de The Game/El método que llegó a mis manos Style comentaba que había llegado a la conclusión de que los naturales eran gente que habían perdido la virginidad muy pronto y que, por ello, no se sentían intimidados por las mujeres. Es posible que sea cierto, en cualquier caso no te quedes con la causa quédate con la conclusión: los hombres de éxito no se sienten intimidados por las mujeres.

El gran poder de una mujer sobre un hombre es hacerle sentirse intimidado. Anula ese poder.

¿Con qué cita empezaba mi último artículo sobre Zan? Ya os estaba dando pistas. Decía Zan "Juego con la ventaja de no sentirme intimidado por ninguna mujer ."

Es difícil llegar a ese nivel. Es como si dijera que para ganar un mundial basta con meter un gol más que tu rival en la final. Lo complicado es llegar hasta allí y saberlo hacer. Es cierto, pero también es importante saber a dónde quieres llegar. Muy a menudo leo comentarios de gente que está completamente desorientada sin saber qué hacer. Les falta la base, saber algo tan sencillo como que una mujer no debe intimidarte. Cuando hagas algo mal o cuándo no sepas qué hacer pregúntate ¿me siento intimidado ante ella? Y asumiendo ese temor la solución aparecerá con una facilidad increíble. Pregúntale a un médico, lo difícil no es dar con la solución, lo verdaderamente difícil es averiguar cuál es el problema.

Saber que el objetivo al que debes orientar tus esfuerzos es anular cualquier clase de sensación de intimación te ayudará enormemente a progresar con las mujeres. Y un consejo, aprender trucos para ocultar el que las mujeres te intimiden está bien para comenzar o para gestionar situaciones de crisis pero... mejor si trabajas tu juego interno para que realmente no te intimiden.

Un abrazo y disfruta con las mujeres, deja de sufrir sin ellas. (lema que se me ocurrió a raíz de una conversación con Rapsoda, así que considérate coautor del mismo)

Hasta pronto, Mario di Domenico