L'Atelier, en francés estudio, es el reducto más íntimo de los artistas. Un lugar de creación al que acceden las personas más próximas al artista con un simple fin: disfrutar del arte.
Escogí este nombre porque reflejaba la esencia que quería transmitir al blog. La seducción puede analizarse de muchas maneras y yo buscaba darle un enfoque artístico.
Con L'Atelier pretendo un modelo de seducción emocional, natural y en femenino. Emocional porque prefiero hablar del seductor como un artista que como un ciéntifico. No niego que la seducción pueda ser una ciencia, sencillamente me estimula más verla como el arte de estimular a las mujeres. Natural porque es esa la escuela a la que pertenezco. Una escuela que me enseña a mejorar en mis habilidades sociales en lugar de trucos quasi-esotéricos para engañar a las mujeres. Y en femenino porque a mi lo que me importa es la mujer y su mundo. Los gurús y sus guerras no ocupan espacio en mi vida.

martes, 16 de octubre de 2007

Minicurso Juggler VIII: Haz preguntas con sustancia (fat questions)

Muchos chicos, cuando abordan a una chica hacen demasiadas preguntas.

Él: "Hola, ¿De dónde eres?"
Ella: "De Londres"
Él: "Londres. ¿De qué parte de Londres?"
Ella: "Camden"
Él: "¿Te gusta?"
Ella: "No"
Él: "¿No?"
Ella: "No"
Él: "¿A qué te dedicas?"

Es entonces cuándo ella se pregunta por qué él continúa la conversación. Ella sabe que no ha dicho nada único o interesante. Y él continúa animando la conversación con sus preguntas. Ésto significa que está fingiendo estar interesado en lo que está diciendo. Tiene una agenda. Está tratando de engañarla. Ahora ella no sólo está aburrida sino también enfadada.

Ella: "¿Por qué no hablas con otra?"
Él: "Porque quiero hablar contigo"
Ella: "Entonces tendrás que hacerlo tú solo". Y se levanta y se va.

Aquí el problema es que no sólo el chico no ha hablado desde la perspectiva de su "yo". Está haciendo demasiada preguntas. Una vez que se empieza uno de estos trenes de preguntas son difíciles de parar.

Ésto es lo que sucede. El tío hace preguntas tipo interrogatorio - que pueden contestarse con una sola palabra. Entonces no debería sorprendernos que obtenga respuestas de una sola palabra, "bien", "sí", "no" o "a lo mejor". Es muy difícil relacionarse o construir una conversación sobre respuestas tan minúsculas. A él no se le ocurre nada que pueda decir relacionado con "bien", o "no". Así que se ve obligado a hacer otra pregunta. Ello hace que la chica se sienta interrogada lo que la lleva a responder de forma aún mas breve, lo que a su vez hace que nuestro hombre tenga todavía más problemas para decir algo así que hace más preguntas entrando en un círculo vicioso al que la chica acaba poniendo fin de una forma violenta.

La solución a este callejón sin salida es seguir la primera regla de Juggler: haz más afirmaciones y menos preguntas.
Pero cuando hace cinco años formule por primera vez esta regla muchos tíos me malinterpretaron y pensaron que nunca había que preguntar nada a las mujeres. Pensaron que si un poco de algo es bueno, mucho sería aún mejor.

Pero las preguntas son importantes.

La naturaleza de tus preguntas revelará las expectativas que tienes de que la chica participe en la conversación. Con preguntas cortas, tipo interrogatorio, transmites la idea de que tienes una expectativa muy baja de que la chica vaya a hacer el esfuerzo de implicarse en la conversación. Ésto está mal. Hay una relación directa entre la autoestima de un hombre y sus expectativas en la conversación con otra persona. Es decir, si no te crees digno de que la otra persona haga el esfuerzo de implicarse en la conversación estarás haciendo que el peso de la conversación caiga sobre ti.

Por el contrario, si tienes una alta autoestima tendrás una expectativa muy alta de que la otra persona se implique en la conversación. Demuestras esa expectativa haciendo preguntas con sustancia, cuanto mayor mejores.

En realidad, mis preguntas favoritas cogen a las mujeres de sorpresa.
Yo:"Entonces, ¿cuál es la historia de tu vida?"
La respuesta es siempre la misma.
Ella "No sé"

No me molesta la respuesta. Todavía no me conoce. De no ser así no me hubiera contestado de esa manera. La clave de iniciar así la conversación no es buscar que me cuente la historia de su vida sino poner de manifiesto mi expectativa de que contribuya a la conversación de una manera sustancial.

Mi respuesta es hablarla de mi para que se sienta cómoda.
Yo:"Bien, te contaré algo de mi vida. Me acabo de mudar a L.A. y estoy intentando aprender algo de surf pero por ahora sólo he conseguido ser un experto en tragar agua salada"
Yo"¿Qué haces para divertirte?"
Ella "Edito películas"
Y otra vez pregunto algo sustancial.
Yo "Y cómo aprendiste"
Ella "Bueno, primero..."

Ahora está animada, siente que no soy tan extraño y que puede contribuir a la conversación. Al hablar conmigo me facilita la conversación.

Si alguna vez sientes como si estuvieras "dentro de tu cabeza" intentando planear lo que tienes que decir a continuación a una mujer es una señal de que no has conseguido que haga el esfuerzo de implicarse en la conversación. Te has puesto en una situación en la que tienes que tirar demasiado de la conversación. Ésto es malo por dos razone. Ella te va a juzgar como alguien con baja autoestima y tú estarás entrando en un difícil monologo unilateral.

Observa a un profesional en alguna materia y sentirás confianza. Ser bueno en algo significa muchas veces hacerlo fácil. Mantener una conversación con una mujer que te responde es más fácil. Cuando consigues que comparta la carga de la conversación ella ve que te valoras lo suficiente para esperar que ella haga un esfuerzo. Y las grandes, sustanciosas preguntas requieren grandes y sustanciosas respuestas que te darán información sobre ella que te facilitará hacer afirmaciones. Por tanto, haciendo algunas preguntas sustanciosas, irónicamente, te permite cumplir con la primera regla de Juggler: hacer más afirmaciones y menos preguntas.

Tú "Tengo curiosidad, ¿por qué te metiste en el mundo del arte?"
Ella "Bueno, era la encargada del McDonalds y un día miraba a las patatas fritas burbujear en la freidora y vi la imagen de una casa... de un hogar. Entonces cogí una bolsa de patatas, me la llevé a casa y las pegué formando un caballo, entonces lo llevé a una galería de arte y conseguí una exposición, y desde entonces hasta aquí"

Aquí hay mil formas de continuar la conversación. Puedes hablar de tu opinión sobre el arte, de las patatas fritas de McDonalds o como has seguido algunas de tus pasiones o tus creencias sobre el modo místico en que la vida funciona. Tienes opciones para conversar. Puedes centrarte en el presente y no estrujarte la cabeza para ver qué dices a continuación.

Aquí van algunas de mis preguntas con sustancia favoritas:
"¿Cuál es la historia de tu vida?"
"Entonces, ¿Qué has hecho hoy?"
"¿Cómo te sientes sobre ________?"
"No tengo ni idea de cómo hacer eso, enseñamé"
(Técnicamente no es una pregunta pero sí en espíritu)

Si tenéis la oportunidad de conocer a Chad, http://www.charismaarts.com/meetus/chad, uno de nuestros instructores de Charismas Arts veréis la aplicación práctica de todo ésto. La gente suele sorprenderse de cómo un tipo tan callado puede tener éxito con las mujeres. Es porque Chad entiende que atraer a las mujeres es en su mayor parte el resultado de hacer que las mujeres revelen cómo son y mostrar interés en ellas por lo que las hace únicas. Él logra hacerlas sentirse cómodas y usando una técnica que llamamos "Vacuum" (Aspiradora). Tiene una expectativa muy alta de que serán las mujeres las que soporten el peso de la conversación.

La próxima vez hablaremos de uno de mis temas favoritos: escalar de lo platónico a lo personal.

Hasta entonces, mis mejores deseos, Wayne "Juggler" Elise

Resumen:

- Hacer preguntas no es malo, lo malo es hacer preguntas que puedan contestarse con un monosílabo.

- Las personas con una gran autoestima, al hablar con alguien no buscan un monólogo, buscan una conversación a dos bandas en que los dos estéis implicados.

- Para implicar a otra persona en una conversación nada mejor que una pregunta con sustancia: "¿Cuál es la historia de tu vida?"; "Entonces, ¿Qué has hecho hoy?"; "¿Cómo te sientes sobre ________?"; "No tengo ni idea de cómo hacer eso, enséñamé"

- Curiosamente buscar la implicación de la otra persona en una conversación es la mejor forma de que consigas hablar tú más que ella y cumplir así la regla 10/90 de Juggler.

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